PIAZZA ARMERINA,
El Papa Francisco llegó en la mañana de este sábado 15 de septiembre a la Diócesis de Piazza Armerina, Italia, para comenzar su viaje apostólico a Sicilia y reflexionó, ante una multitud de fieles, sobre las heridas y problemas que afligen a la sociedad y a la Iglesia.
El Santo Padre animó a asumirlas para abrirse a la misericordia de Dios y destacó la labor de la Iglesia en Piazza Armerina "en medio de las diversas problemáticas que limitan la serenidad de este territorio".
"No son pocas las heridas que os afligen. Esas heridas tienen nombre: subdesarrollo social y cultural, explotación de los trabajadores y falta de una ocupación digna para los jóvenes, migración de núcleos familiares completos, usura, alcoholismo y otras dependencias, juego de azar, ruptura de los lazos familiares".
Frente a tanto sufrimiento, señaló, "la comunidad eclesial puede presentarse, en ocasiones, confusa y cansada. En otras ocasiones, sin embargo y gracias a Dios, es vivaz y profética mientras busca nuevos modos de anunciar y ofrecer misericordia, sobre todo a los hermanos caídos en la desafección, en la desconfianza, en la crisis de fe".
El Papa reconoció que "no es fácil llevar adelante la fe frente a tantas dificultades. Yo lo entiendo".
"Reflexionar sobre las heridas de la sociedad y de la Iglesia no es una acción denigratoria y pesimista –aseguró–. Si queremos dar concreción a nuestra fe, debemos aprender a reconocer en estos sufrimientos humanos las mismas heridas del Señor. Mirarlas, tocarlas, significa para nosotros, cristianos, asumir la historia y la carne de Cristo como lugar de salvación y de liberación".