MADRID,
El sacerdote canadiense Brian Kolodiejchuk trató a Madre Teresa durante 20 años, fue el postulador de su causa de canonización y conoció de primera mano la "noche oscura" por la que pasó la querida religiosa durante casi 50 años.
En una entrevista concedida al semanario católico Alfa y Omega, publicada este jueves 6 de septiembre, el P. Kolodiejchuk explicó que "el sufrimiento que experimentaba Madre Teresa no lo conocían ni las hermanas más cercanas, sino tan solo sus directores espirituales. En realidad, esa noche oscura manifiesta una particular unión con Jesús. Algunos santos experimentaron algo parecido". Entre ellos San Juan de la Cruz, Santa Juana de Chantal o Santa Teresita del Niño Jesús.
Según afirma, ese tiempo "es la preparación para una purificación que todos tenemos que pasar. Es una preparación para la unión por Jesús, que en el caso de Madre Teresa fue una preparación apostólica, porque ella estaba experimentando lo mismo que aquellos a los que serviría después: que la pobreza más grande era el no sentirse amado, el estar solo" y asegura que "ella estaba tan unida a Jesús que Él podía compartir con ella su dolor más grande, el dolor de Getsemaní y el de la Cruz".
A pesar de que esa "noche oscura" puede verse como un periodo de "falta de fe", para el P. Kolodiejchuk fue "una fe heroica, porque consiste en no poder experimentar la propia fe" y recuerda que Madre Teresa escribió en una carta: "Si hay un infierno, debe de ser esto".
Según explica el sacerdote, Madre Teresa "tenía una unión tan profunda con Jesús que le resultaba imposible vivir sin una oración fuerte. Ella rezaba cerca de cinco horas al día, entre la adoración, la Misa, la lectura espiritual y otras oraciones. Rezaba constantemente el rosario, y con él meditaba la vida de Jesús de una manera sencilla".
"No era una mística de tipo teológico o doctrinal, sino que era una experta en la ciencia del amor", asegura. .