VATICANO,
En la Audiencia General del miércoles, el Papa Francisco repasó su reciente viaje a Irlanda con motivo del Encuentro Mundial de las Familias de la semana pasada y recordó el dolor por los casos de abusos sexuales.
"Mi visita a Irlanda, además de la gran alegría, tenía que hacerse cargo del dolor y de la amargura por los sufrimientos causados en el país por los varios tipos de abuso, también por parte de miembros de la Iglesia, y por el hecho de que las autoridades eclesiásticas en el pasado no hayan sabido afrontar de manera adecuada estos crímenes".
"El encuentro con los sobrevivientes –continuó– ha dejado un signo profundo y en varias ocasiones he pedido perdón al Señor por estos pecados, por el escándalo y el sentido de traición causados".
Francisco recordó que "he implorado a la Virgen para que interceda por la curación de las víctimas y nos de la fuerza de perseguir con firmeza la verdad y la justicia".
"Los obispos irlandeses han emprendido un serio camino de purificación y reconciliación con aquellos que han sufrido abusos, y con la ayuda de las autoridades nacionales han establecido una serie de normas severas para garantizar la seguridad de los jóvenes", explicó.
Sobre el mismo tema, argumentó que en el encuentro con los obispos "los animé en el esfuerzo para remediar los fracasos del pasado con honestidad y coraje, confiando en las promesas del Señor y teniendo en cuenta la profunda fe del pueblo irlandés para inaugurar un tiempo de renovación de la Iglesia en Irlanda".