REDACCION CENTRAL,
Varios obispos y cardenales respondieron a la declaración del sábado 25 de agosto escrita por el ex Nuncio Apostólico en Estados Unidos, Carlo María Viganò, que solicitó la renuncia del Papa Francisco y de varios prelados a quienes acusa de haber encubierto los abusos perpetrados por el excardenal y Arzobispo Emérito de Washington, Theodore McCarrick.
En su testimonio de más de 10 páginas, el arzobispo de 77 años, que sirvió como Nuncio en Estados Unidos entre 2011 y 2016, escribió que el Papa Benedicto XVI "había impuesto al cardenal McCarrick sanciones similares a las impuestas ahora por el Papa Francisco" y que Viganò personalmente le informó a este último sobre estas sanciones en el año 2013.
Viganò señala que fue ignorado por Francisco, quien devolvió a McCarrick al ministerio público y que le permitió ser "un hacedor de reyes de los nombramientos en la Curia y en los Estados Unidos", como cuando "el Papa sustituyó al cardenal Burke por Wuerl y nombrara de inmediato a Cupich (para la Congregación de los Obispos), justo después de hacerlo cardenal".
En una declaración el domingo 26 de agosto, el Arzobispo de Chicago, Cardenal Blase Cupich, afirmó que Viganò debe estar "confundido sobre la secuencia de estos eventos", ya que él fue designado para la Congregación de los Obispos el 7 de julio de 2016, antes de ser creado cardenal el 9 de octubre de ese mismo año.
Viganò también escribió en su testimonio que el nombramiento de Cupich para Chicago y el de Joseph Tobin como Arzobispo de Newark "fueron orquestados por McCarrick, Maradiaga (Arzobispo de Tegucigalpa en Honduras) y Wuerl, unidos por un malvado pacto de abusos el primero, y al menos por el encubrimiento de abusos los otros dos. Sus nombres no estaban entre los presentados a la Nunciatura para Chicago y Newark".
Cupich consideró que estas palabras eran "sorpresivas" ya que él solo había recibido "palabras de apoyo y felicitaciones" de parte de Viganò respecto a su nombramiento para Chicago.