DUBLÍN,
El Papa Francisco presidió el rezo del Ángelus desde la explanada adyacente al santuario de Knock, en Irlanda, y una vez más pidió perdón por los abusos sexuales por parte del clero y rezó para que no vuelva a ocurrir.
"Rezando delante de la imagen de la Virgen, le he encomendado de modo particular a todas las víctimas de abusos por parte de miembros de la Iglesia en Irlanda", explicó ante los fieles reunidos.
"Ninguno de nosotros puede dejar de conmoverse por las historias de los menores que han sufrido abusos, a quienes se les ha robado la inocencia y se les ha dejado una cicatriz de recuerdos dolorosos. Esta herida abierta nos desafía a que estemos firmes y decididos en la búsqueda de la verdad y de la justicia".
"Imploro el perdón del Señor por estos pecados, por el escándalo y la traición sentida por tantos en la familia de Dios. Pido a nuestra Madre Santísima que interceda por la curación de todos los sobrevivientes de abuso de cualquier tipo y que confirme a cada miembro de la familia cristiana con el propósito decidido de no permitir nunca más que estas situaciones vuelvan a repetirse", añadió.
El Papa agradeció la "oportunidad de visitar –el santuario y explicó que "en la Capilla de la Aparición he encomendado a todas las familias del mundo a la amorosa intercesión de la Virgen y, de modo especial, a vuestras familias, las familias irlandesas. María nuestra Madre conoce las alegrías y las dificultades que se viven en cada hogar. Conservándolas en su inmaculado Corazón, las presenta ante el trono de su Hijo con amor".
Francisco explicó el gesto que unos minutos antes realizó en la Capilla de las Apariciones del Santuario: "en recuerdo de mi visita, he traído como regalo un rosario de oro. Sé que en este país es importante la tradición del rosario en familia. Cuántos corazones de padres, madres e hijos han obtenido fuerza y consuelo a lo largo de los años meditando sobre la participación de la Virgen en los misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos de la vida de Cristo", afirmó.