Más de 10 actores en escena explicaron la historia de Zaqueo, el rico cobrador de impuestos de baja estatura que subió a un árbol para poder ver a Jesús que pasaba por Jericó. El Señor cenó en su casa y en este encuentro Zaqueo se arrepintió de sus faltas y decidió devolverle el dinero a quienes se lo había cobrado injustamente.
El Cardenal Poli explicó a los niños que "cuando viene alguien importante a nuestra casa hay un revuelo bárbaro", y que en su encuentro con Zaqueo "Jesús no reparó en la mala fama" que tenía el recaudador de impuestos.
"Jesús no se traga las apariencias. Fue a tu casa porque había algo que salvar en tu corazón, ¿no?", dijo el Cardenal Poli al personaje de Zaqueo, y luego preguntó a los niños: "¿A ustedes les gustaría que Jesús vaya a la casa de ustedes?, a lo que le recibió un rotundo "sí".
"Ojalá que nosotros hagamos como Zaqueo: ser más generosos, más buenos… qué lindo sería que Jesús venga a mi casa y entonces le digamos con Zaqueo: 'mirá, Jesús, antes no hice esto pero ahora estoy seguro de que con tu ayuda y con tu gracia voy a ser más bueno, voy a querer más a mis padres, más a mi familia, a mis amigos, voy a querer más a mi patria, ¡voy a querer más a la gente!", expresó el Arzobispo de Buenos Aires.
En esta ocasión, la colecta de la Misa fue destinada al Instituto Nuestra Señora de Caacupé, en Barrancas, para ayudar en la renovación del mobiliario escolar.