MADRID,
La capital de España, Madrid, vivió este 15 de agosto uno de sus días grandes en la solemnidad de la Asunción de María, día en el que se celebra también a la Virgen de la Paloma.
El Arzobispo de Madrid, Cardenal Carlos Osoro Sierra, presidió una Misa en honor a La Paloma en la parroquia del mismo nombre en la que aseguró que la Virgen "nos reúne a los madrileños y nos enseña a no tener miedo a apuntar más alto", a "apuntar hacia la santidad".
El Cardenal recordó la historia de esta advocación tan querida por los madrileños. "Un día, unos niños se pusieron a jugar con este retrato de la Virgen que habían tirado a la basura. Viendo qué era, una mujer modesta los convenció para cambiarlo por unas monedas. Colocó la imagen en un lugar donde pudieran rezarla todos. Y hoy seguimos los madrileños invocando a la Madre de Dios a través de esta imagen sencilla y le decimos: ¡Salve María, Virgen de la Paloma!", explicó.
"Así, como María, ha de ser la Iglesia. Así hemos de ser nosotros los discípulos de Cristo. Debemos sorprender pues, queridos hermanos, una Iglesia sin capacidad de sorprender es débil, enferma, moribunda y hay que llevarla a cuidados intensivos. Os invito hoy a que tengamos el atrevimiento de María".
El Purpurado dijo también que "la presencia de Jesús obra en nosotros, nos comunica actitudes interiores que se traducen en comportamientos según el Evangelio: docilidad a la Palabra, fraternidad entre los hombres, la caridad de Cristo acogida con corazón abierto… Nos cambia al introducir la vida de Dios en nosotros, nos transforma mirando a los demás como hermanos, nos hace capaces de amar no según la medida humana que es limitada, sino según la medida de Dios, que es un amor sin medida", concluyó.
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