Más de 50.000 fieles festejaron a San Lorenzo, diácono mártir, en el pueblo de Tarapacá, ubicado a 1350 metros de altura en la pampa chilena.
Si bien la fiesta principal de San Lorenzo fue el 10 de agosto, cientos de familias comenzaron a pernoctar en la quebrada desde fines de julio y de esta forma preparar la celebración de quien consideran patrono de los diáconos, mineros y conductores.
El 5 de agosto comenzaron los homenajes en forma oficial con la participación de 38 sociedades de bailes religiosos provenientes de todo el norte del país, la novena y Misas diarias.
El lema de la fiesta fue "Con Lorenzo servidor, del pueblo protector, escuchamos y anunciamos a Cristo Salvador".
El 10 de agosto se realizó una Misa presidida por el Obispo de Iquique, Mons. Guillermo Vera, acompañado de sacerdotes y diáconos. La homilía se centró en el Congreso Eucarístico Nacional, un tiempo especial que vive la Iglesia de Chile.