CARACAS,
La Conferencia Episcopal de Venezuela manifestó su denuncia y rechazo a todo tipo de tortura, amedrentamiento y persecución en el país, prácticas que están deteriorando cada vez más el sistema de justicia.
En un comunicado dado a conocer este lunes 13 de agosto, los obispos venezolanos señalaron que "el país está pasando por una situación muy delicada: se quiere instaurar una espiral de violencia y se promueve el resquebrajamiento de la justicia, particularmente cuando todo lo que tiene que ver con ella se está saliendo del control de las leyes y de los procedimientos legales, para enmarcarse en la arbitrariedad que lleva a la persecución física, el amedrentamiento, y al atropello del estado de derecho".
La violencia, prosiguen, "debe ser rechazada en todas sus vertientes. Con la paz logramos todo, con la violencia la destrucción".
"Debemos recordar que en un Estado de derecho, quien es privado de su libertad, es titular de derechos referibles a las diferentes esferas (...) Esto excluye desde luego, no solo todo tipo de tortura y tratos crueles, inhumanos y degradantes, sino también las condiciones mismas de reclusión en situación de aislamiento, la completa imposibilidad de comunicación y la falta de contactos con otros seres humanos", indicaron.
Aunque no mencionan el hecho, el comunicado aparece algunos días después de que la tarde del 4 de agosto de este año, dos drones cargados de explosivos detonaran mientras el presidente Nicolás Maduro dirigía un mensaje por el 81 aniversario de la fundación de la Guardia Nacional Bolivariana en Caracas.
El viernes 10 de agosto, el ministro de información de Venezuela, Jorge Rodríguez, difundió un vídeo en el que se escucha al joven diputado Juan Requesens, acusado de participar en el "atentado" contra el presidente Nicolás Maduro, afirmar que ayudó a entrar en el país a uno de los presuntos organizadores del ataque, Juan Monasterios.