VATICANO,
El Papa Francisco bendijo a los 70.000 jóvenes presentes en la Plaza de San Pedro con motivo de la iniciativa "Por mil caminos hacia Roma" y les insistió en "renunciar al mal" dándoles una serie de recomendaciones.
Después de que el Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Cardenal Gualtiero Bassetti, presidiese una Misa, Francisco accedió a la Plaza y recorrió la misma saludando a los jóvenes presentes. A continuación, les dio el mandato misionero y bendijo los dones que los jóvenes llevarán a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Panamá del 22 al 27 de enero de 2019: el Crucifijo de San Damián y una estatua de la Virgen de Loreto.
Antes de rezar el Ángelus, Francisco afirmó que "para no contristar al Espíritu Santo, es necesario vivir coherente con las promesas del Bautismo, renovadas en la Confirmación: estas promesas tienen dos aspectos: renuncia al mal y adhesión al bien".
"Renunciar al mal significa decir 'no' a las tentaciones, al pecado, a satanás. Más concretamente significa decir 'no' a una cultura de la muerte que se manifiesta en la fuga de lo real hacia una felicidad falsa que se expresa en la mentira, en el engaño, en la injusticia, en el desprecio del otro".
El Obispo de Roma dijo además que "la vida nueva que nos ha sido dada en el Bautismo, y que tiene el Espíritu como fuente, rechaza una conducta dominada por los sentimientos de división y de discordia".
Alertó contra la ira, el desprecio y la maledicencia, "elementos o vicios que turban la alegría del Espíritu y envenenan el corazón y conducen a imprecaciones contra Dios y contra el prójimo".