ROMA,
Con motivo del 73° aniversario del lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima, el presidente de la Conferencia Episcopal Japonesa (CBCJ), Mons. Joseph Mitsuaki Takami, expresó su preocupación por la amenaza que representa la posesión de armas nucleares.
El 6 de agosto de 1945, en la Solemnidad de la Transfiguración del Señor, cayó sobre Hiroshima la bomba "Little Boy", lanzada por Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y que dejó más de 140 mil muertos, más de 70 mil heridos y gran parte de la ciudad destruida.
La ciudad de Nagasaki correría la misma suerte tres días después.
En su mensaje publicado en el sitio web de la CBCJ, Mons. Takami afirmó que "la paz y la protección de los derechos humanos ha sido un deseo universal".
Sin embargo, "los serios conflictos regionales, el terrorismo, la amenaza de las armas nucleares, los problemas de refugiados, las diversas formas de discriminación, las disparidades económicas y las fricciones continúan amenazando la paz de los pueblos alrededor del mundo", expresó el también Arzobispo de Nagasaki.
Manifestó que "la idea de que las armas nucleares son necesarias para disuadir es fuerte. Sin embargo, la posesión de armas nucleares es, más bien, responsable de la carrera de armamentos que inevitablemente conduce a una dependencia económica de la industria armamentista y la demanda militar, y da forma a la política".