Los obispos de Chile reconocieron este 3 de agosto que fallaron en su deber de pastores ante los casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes y por ello presentaron algunas medidas que a corto y mediano plazo permitirá alcanzar la verdad, justicia y reparación de las víctimas.
En conferencia de prensa, el Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECH), Mons. Santiago Silva; junto al Secretario General, Mons. Fernando Ramos, leyó una declaración elaborada durante la 116° Asamblea Extraordinaria en la que también participaron vicarios pastorales, representantes de congregaciones religiosas, diáconos, laicos y colaboradores del Episcopado.
El objetivo del encuentro fue analizar las causas y raíces de la actual situación que vive la Iglesia en Chile, para luego definir algunos lineamientos a implementar en las diócesis del país.
Los obispos expresaron su arrepentimiento porque "no siempre supimos acoger en todas las instancias eclesiales las orientaciones del Consejo Nacional de Prevención para abordar oportunamente los casos de abuso sexual".
"Nuestras faltas u omisiones han causado dolor y perplejidad, han afectado la comunión eclesial y han dificultado la conversión y minado la esperanza", agregaron.
"De ningún modo -añadieron- hemos querido causar ni agravar el daño producido, pero, mirado en una perspectiva del tiempo, algunos de nosotros pudimos ser más activos y atentos al dolor sufrido por las víctimas, familiares y la comunidad eclesial".