VATICANO,
El Papa Francisco tuvo este miércoles un encuentro con estudiantes jesuitas en el que reflexionó sobre las consecuencias del desempleo, que en la actualidad afecta a muchos jóvenes y que se ha convertido en una de las causas del suicidio juvenil.
En un diálogo con jesuitas participantes en el curso "European Jesuits in formation", en Roma, el Santo Padre reflexionó sobre las dificultades que muchos jóvenes encuentran a la hora de acceder al mercado laboral.
El Pontífice aseveró que "la persona que no tiene un trabajo se siente sin dignidad. Carecer de trabajo destruye la dignidad. Aún más: no se trata del hecho de no poder comer, porque siempre se puede ir a Cáritas y te dan de comer. El problema es no poder llevar el pan a casa: eso destruye la dignidad".
Francisco afirmó que "cuando vemos a tantos jóvenes sin trabajo deberíamos preguntarnos el por qué. Seguramente encontraréis la razón: existe una reorganización de la economía mundial donde la economía, que es concreta, deja su lugar a la finanza, que es abstracta. En el centro se queda la finanza, y la finanza es cruel: no es concreta, es abstracta".
"Ahí se juega con un imaginario colectivo que no es concreto, sino líquido y gaseoso. Y en el centro queda esto: el mundo de la finanza. En su lugar deberían estar el hombre y la mujer. Hoy, este es, creo, el gran pecado contra la dignidad de la persona: apartarla de su lugar central".
En su discurso, el Papa llamó la atención sobre el creciente número de suicidios entre los jóvenes. "El número de suicidios juveniles está aumentado, pero los gobiernos, no todos, no publican el número exacto: lo publican hasta un cierto punto porque es escandaloso. Y, ¿por qué se suicidan estos jóvenes? La razón principal en casi todos los casos es la falta de trabajo. Son incapaces de sentirse útiles".