BUENOS AIRES,
En su reflexión semanal, el Arzobispo de San Juan de Cuyo (Argentina), Mons. Eduardo Lozano, se refirió a la vida como una "realidad concreta" y cuestionó el eufemismo "interrupción voluntaria del embarazo" usado para referirse al aborto.
Con el título "La vida no es una abstracción", el prelado centró su pensamiento en el lenguaje confuso que se utiliza para hablar del aborto, que logra "oscurecer las ideas y las realidades", logrando que al buscar realidad, nos quedemos solamente con ideas.
El proyecto de ley de aborto aprobado en la Cámara de Diputados el pasado 14 de junio permite el aborto libre hasta la semana 14 de gestación; y hasta los nueve meses de embarazo bajo las causales de violación, riesgo de vida y salud de la madre e inviabilidad fetal. Además, prohíbe la objeción de conciencia institucional.
En ese contexto, el arzobispo aseveró que "la vida no es una verdad abstracta sino que acontece en un sujeto concreto".
"Ella -la vida- comienza en un momento puntual, se desarrolla y muere. Es un ciclo natural, como en otras especies. Puede crecer mejor o peor, según las circunstancias le sean favorables o adversas. Y también es factible que termine antes de tiempo si algo le adelanta o provoca la muerte", explicó.
En ese sentido, consideró que cuando se habla de interrupción voluntaria del embarazo "hay que evitar eufemismos", ya que "se 'interrumpe' lo que luego puede continuar", señaló.
"Si estoy leyendo un libro o una carta puedo interrumpir la lectura y continuarla luego. Si el embarazo se interrumpe ya no puede seguir en otro momento".