ROMA,
Ante la decisión del Gobierno de Italia de cerrar sus fronteras a los refugiados y migrantes procedentes del norte de África, los obispos del país europeo han renovado su compromiso con los que huyen de la guerra y el hambre y tratan de llegar a las costas europeas.
"Nos sentimos responsables de este ejército de pobres, de víctimas de la guerra y del hambre, de desiertos y de torturas. Es la historia sufrida por hombres, mujeres y niños que nos reclama un ejercicio de solidaridad, de justicia y de paz", afirman los obispos en un comunicado difundido por la Conferencia Episcopal Italiana (CEI).
El nuevo Gobierno de Italia, formado el 1 de junio por una coalición de populistas de derecha, la Liga, y de izquierda, el Movimiento Cinco Estrellas, ha negado el atraque en los puertos italianos de los barcos de las organizaciones humanitarias que rescatan a refugiados y migrantes náufragos en el Mediterráneo.
Frente a ello, la CEI en su comunicado advierte que la pérdida de vidas humanas en las aguas del Mediterráneo es la imagen "de una tragedia a la que no nos podemos acostumbrar".
"Como Pastores de la Iglesia –continúan– no pretendemos ofrecer soluciones baratas. Con respecto a todo lo que está sucediendo, no pretendemos mirar hacia otro lado, pero tampoco hacer que nuestras palabras muestren actitudes desdeñosas o agresivas".
Por ello, animaron a sobreponerse a los miedos que impiden el ejercicio de una verdadera actitud de misericordia para los que piden asilo: "No podemos permitir que las preocupaciones y los miedos condicionen nuestras decisiones, que determinen nuestras respuestas, que alimenten un clima de indiferencia y desprecio, rabia y rechazo".