VATICANO,
Cada día el Vaticano es visitado por unas 40 mil personas, lo que significa que casi 15 millones de turistas y peregrinos al año recorren la Plaza de San Pedro, la basílica, los museos o los jardines que se encuentran en el interior. Para velar por su seguridad y también de los habitantes del mismo Vaticano, entre ellos, el Papa Francisco, la Santa Sede cuenta con su propio cuerpo de bomberos.
El equipo está formado por 30 bomberos que siguen las órdenes del oficial Paolo De Angelis y hace frente a unas 600 intervenciones anuales por diversos motivos.
Fue el Papa Pío XII quien instituyó el cuerpo en 1941 con la finalidad de proteger y ayudar a las personas y los bienes de la Santa Sede. Sus principales tareas son ayudar a los turistas en caso de necesidad, luchar contra el fuego y realizar otras labores de protección civil.
En 2002, San Juan Pablo II estableció que el cuerpo pasara de depender de la dirección de los servicios técnicos del Governatorato a la de servicios de seguridad, cuyo responsable es el inspector general de la gendarmería, Domenico Giani.
Para acceder a este "curioso" y "especial" cuerpo de bomberos, es necesario ser católico y tener entre 21 y 25 años. También hay que entregar una carta de presentación del párroco con el objetivo de acreditar que el aspirante a bombero es realmente cristiano.
De este modo, la espiritualidad es central para cada uno de ellos. Incluso cuentan con un capellán al que acuden cada vez que tienen necesidad y que a su vez les da formación.