Mientras el Reino Unido planea prohibir la terapia de reorientación sexual como resultado de una encuesta patrocinada por el gobierno a personas homosexuales, un autor católico que se identifica por tener atracción a personas del mismo sexo dijo que se debería mantener el derecho de las familias a buscar respuestas pastorales enmarcadas en la enseñanza de la Iglesia.
En julio de 2017, el Gobierno británico de la primera ministra conservadora Theresa May lanzó una encuesta para recopilar información sobre las experiencias de personas homosexuales en Reino Unido.
Participaron más de 108 mil personas y, como resultado, el gobierno emitió un "Plan de Acción LBGTI" de 75 puntos. Hasta marzo de 2020 se asignarán 4.5 millones de libras esterlinas (5.9 millones de dólares) para implementar el plan y se buscarán fondos adicionales para los años futuros.
Como parte de las medidas el Gobierno "considerará todas las opciones legislativas y no legislativas para prohibir la promoción, oferta o realización de terapias de reorientación sexual".
Penny Mordaunt, ministra de la Mujer e Igualdad, dijo el 4 de julio a BBC Radio que se trata de una "terapia muy extrema que está ahí para tratar de 'curar' a alguien de ser homosexual".
"Eso es muy diferente a los servicios psicológicos y asesoramiento. Es bastante desagradable algunos de los resultados que encontramos y muestra que hay más cosas por hacer", señaló.