ROMA,
El Arzobispo de Managua, Cardenal Leopoldo Brenes, cree que el conflicto abierto en Nicaragua desde hace ya dos meses llegaría a su final con un verdadero diálogo y escuchando la voz del pueblo que pide un adelanto electoral.
El purpurado ha permanecido varios días en Roma con motivo del Consistorio en el que el Papa Francisco creó 14 nuevos cardenales, pero también para encontrarse en privado con el Pontífice e informarle de la situación en la que se encuentra el país y que ha causado ya más de 300 muertos
El purpurado conversó en profundidad con EWTN/ACI Prensa y confirmó que se trata de "una situación muy dolorosa". "Los obispos hemos dicho: "¡ni un muerto más!", y sin embargo siguen. La voz profética de los obispos en muchas ocasiones no ha sido escuchada, pero seguiremos insistiendo. Un muerto, dos muertos, tres muertos y ahora ya vamos por 300 muertos. Yo siempre digo que detrás de casa nicaragüense que muere hay un dolor mucho más amplio", dijo durante la entrevista.
Todo inició cuando los jóvenes del país comenzaron una serie de protestas contra una nueva ley sobre el seguro social que el gobierno de Daniel Ortega quería imponer.
Aunque finalmente no la aprobó, las protestan han continuado causando más de 300 muertos y numerosos heridos por las represalias del gobierno a través de grupos armados afines al régimen.
El Cardenal Brenes relató cómo "un día leí una pancarta que llevaba una madre en una manifestación. Decía: 'Dar a luz un hijo duele, pero perder un hijo duele mucho más'". "Cuando una mujer da a luz un hijo, en el momento del parto sufre, pero cuando nace el niño hay alegría en esa madre. Sin embargo, cuando esa madre pierde un hijo, sobre todo siendo asesinado, ese rostro de tristeza dura toda la vida. Y le duele no solo a ella, sino a los hermanos y si estaba casado, a su esposa, a sus hijos, pero también va más allá de las familias porque afecta al vecindario, a las amistades".