MADRID,
El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, recordó la importancia de las familias para el surgimiento de las vocaciones, pues los sacerdotes "no caen del cielo".
Así lo indicó el Prelado en su última carta semanal en la que dio gracias por la ordenación de los presbíteros José Miguel Bracero Carretero y Francisco Antonio López López realizada el 23 de junio.
En su columna, el Obispo dijo que "los nuevos sacerdotes y los que se preparan a serlo no han caído del cielo, sino que han nacido en el seno de una familia. Bendita familia en la que Dios llama a alguno de sus miembros para el sacerdocio o para la vida consagrada".
La vocación de un sacerdote, continuó, "supone un gran regalo de Dios y supone un sacrificio para la familia, una generosa donación a fondo perdido. Dios recompensará como sabe hacerlo esta generosidad de los padres, dando su hijo para el seminario, para el sacerdocio".
"Encontrar apoyo en la propia familia es una gran ayuda para el que da este paso, y es una gran ayuda para mantenerse fiel en esta vocación. Gracias, padres y madres. Dios llama a vuestros hijos, vosotros los ofrecéis para que sirvan a Dios y a los hombres".
El Obispo de Córdoba recordó que "Jesucristo sostiene a su Iglesia, manteniéndola fiel al Evangelio. Él ha tocado el corazón de estos jóvenes y los ha llamado a seguirle. Él los consagra ministros suyos, para que actúen en su nombre y con su autoridad, in persona Christi" (en la persona de Cristo).