VATICANO,
El Papa Francisco hizo un llamado a ayudar a los cristianos de Oriente Medio, custodios de una importante "carga profética", y pidió generosidad de acogida a los que huyen de la guerra, pues su testimonio tiene un gran valor en un Occidente secularizado.
El Santo Padre realizó este pedido durante la audiencia que concedió a los participantes de la Reunión de las Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO), que celebran estos días su Asamblea Plenaria que, este año, coincide con el 50 aniversario de su fundación.
El Papa valoró los diversos proyectos impulsados por la Agencia, "gracias a la generosidad de muchísimos fieles en todo el mundo", que han permitido a las diferentes Iglesias Orientales Católicas, "tanto en la madre patria como en la diáspora, desarrollarse y llevar adelante el testimonio evangélico".
En este sentido, subrayó que ese testimonio ha supuesto una dura prueba para los cristianos orientales, pues, con frecuencia, se ha llevado a cabo "en medio de dolores y persecuciones, primero por parte de los regímenes totalitarios de Europa Oriental, y, de forma más reciente, en medio del fundamentalismo y del fanatismo que, con pretextos religiosos y de conflictos, parecen no querer cesar, sobre todo en Oriente Medio".
"La solidaridad concreta que habéis mostrado se ha dirigido a las emergencias de las guerras y de las migraciones, pero, principalmente, ha sabido garantizar la vida de la Iglesia, la actividad pastoral y de evangelización, las obras sociales y asistenciales".
En su discurso, el Santo Padre subrayó la misión esencial de las Iglesias Orientales: "Las Iglesias Orientales Católicas, que son testimonios vivos de los orígenes apostólicos, están llamadas de manera especial a custodiar y a difundir la llama pentecostal".