A pocos días de celebrar el Día del Padre, compartimos la historia de algunos papás que alcanzaron la santidad y son fuente de inspiración para muchos.
San José
Dios le encomendó a San José una gran responsabilidad y privilegio: ser el padre adoptivo de Jesucristo y el casto esposo de la Virgen María.
San José era carpintero y descendiente del rey David. Cuando fue a Belén con María para registrarse en el censo, ella dio a luz a Jesús en un establo y luego tuvieron que huir a Egipto para evitar que el Niño fuera asesinado por orden del rey Herodes.
San José educó a Cristo y le enseñó el oficio de carpintero. Se le conoce como el “patrono de la buena muerte” porque, según la tradición, murió acompañado y consolado por Jesús y María.
En un discurso, el Papa Francisco destacó que San José supo descansar en Dios en la oración, levantarse con Jesús y María y ser una voz profética en medio del mundo.