En el mes del llamado "orgullo gay" algunos críticos católicos han expresado desconfianza y preocupación por las celebraciones que alejan a las personas del plan de Dios para la humanidad.
"El mes del orgullo me llena de tristeza, los desfiles del orgullo gay son eventos que finalmente muestran cuánto ha olvidado el hombre a Dios y cuánto nos ama, como un Padre amoroso que nos creó a su imagen, únicamente como hombres y mujeres", dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– Daniel Mattson, autor del libro "Why I Don't Call Myself Gay" (Por qué no me llamo gay: Cómo recuperé mi realidad sexual y encontré la paz).
"Los desfiles del Orgullo Gay son disfraces que oscurecen la dignidad del hombre, en lugar de honrarlo", añadió.
Mattson expresó su gratitud por las palabras iniciales del Catecismo en la sección "La vida en Cristo", un pasaje de un sermón de San León Magno que dice: "Cristiano, reconoce tu dignidad".
También expresó su gratitud porque la Iglesia "marca el camino lejos del orgullo en lo que vienen a ser, en última instancia, identidades socialmente construidas, y hacia la verdad de nuestra naturaleza".
Mattson sugirió que los manifestantes de los desfiles gay encontrarán la verdadera felicidad solo a través de "humildad ante Dios, su creador, reconociendo la dignidad inherente que les dio, como sus hijos e hijas, creados hombres y mujeres".