ROMA,
A través de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), Jad Abed, un niño cristiano sirio, compartió cómo su fe lo ayudó a sobrevivir al conflicto, y aseguró que en la ciudad de Alepo "muchos días los hemos vivido como en una película".
Jad contó que durante la batalla de Alepo, ocurrida del 2012 al 2016, su casa fue bombardeada.
"Recuerdo el ruido de las bombas acercándose, y cuando una cayó sobre el tejado, una parte se derrumbó. Mi padre nos sacó de allí y nos llevó al lugar donde vivimos hasta hoy. No podemos regresar a casa, pues gran parte está destruida", indicó el niño de diez años.
"Espero que mis juguetes no estén todos rotos. En nuestra casa había muchos cuadros y recuerdos que no pudimos salvar, cosas que el fuego de la guerra ha devorado", dijo.
Jad vive con sus padres y sus dos hermanos mayores han emigrado, uno a Canadá y el otro está en Líbano esperando recibir los papeles necesarios para irse a Europa. "Mi madre, mi padre y yo vivimos juntos y esperamos su regreso", indicó.
"Sinceramente, he empezado a pensar que Europa nos ha robado amigos y personas queridas, nos ha privado de su presencia. No obstante, mi fe es grande y presiento que todos regresarán, incluso aunque pasen muchos años",.