Murió Anthony Bourdain: ¿Qué hacer para evitar el suicidio?

Indicó que primero están los factores personales "como la presencia de alguna enfermedad mental, comenzando por la depresión o un cuadro de consumo de sustancias como el alcohol o las drogas, un cuadro bipolar, de esquizofrenia o problemas de personalidad".

El también presentador del programa Psicología Reconciliadora de EWTN dijo que otros factores de riesgo son los ambientales, como "los problemas personales, de pareja, financieros, o aquellos que surgen cuando la persona estuvo expuesta a situaciones intensas recientes que pueden generar desesperanza".

En tercer lugar están los antecedentes de tener "familiares que se han suicidado o que lo han intentado". "Todo esto se debe evaluar persona a persona y es importante buscar ayuda profesional si se tiene alguno", indicó.

Las señales a las que se debe poner atención

Por ello, Márquez dijo que se debe poner atención a señales como los "cambios súbitos en el ánimo o el humor, o cuando la persona se pone muy ansiosa, depresiva o iracunda".

"También pueden aparecer conductas llamativas como regalar pertenencias valiosas, despedirse de los amigos o manifestar que uno se siente muy mal o dice explícitamente que la vida no tiene sentido, que se está pensando en dejarlo todo", indicó.

Cuando algo de esto sucede, continuó el psiquiatra, "la familia o las personas más cercanas pueden constituir lo que se llama una red de soporte social o soporte familiar". Si la persona "comienza a aislarse y no tiene familiares que le pregunten cómo se siente o cómo está, ya sea que esté en tratamiento o no, entonces es posible que se hunda más en la idea o en pensamientos sobre el suicidio y puede llegar a cometerlo", explicó.

Factores de protección ante el suicidio

En el caso de los adolescentes, precisó el experto, un factor protector ante el suicidio es tener la red de soporte familiar o social, comenzando por "una buena relación con los padres y con otros adultos", así como con los amigos de la misma edad.

Asimismo, señaló que varios estudios "muestran que tener pareja o estar casado, también es un factor protector en comparación con ser soltero o viudo, algo que en ocasiones puede ser un factor de riesgo".

Un factor esencial para hacer frente al suicidio es la fe, independientemente de la religión que se profese. De hecho, explicó a ACI Prensa el psiquiatra peruano, "quienes practican su fe tienen mayor protección ante esta problemática".

"Evidentemente esto no quiere decir que sea así en todos los casos o que quienes no tienen fe sean necesariamente más propensos al suicidio, pero ciertamente hay estudios que corroboran esta realidad", afirmó.

¿Cómo prevenir el suicidio?

Santiago Márquez propone dos maneras de evitar la tentación del suicidio: el primero es buscar un ambiente de redes sociales y de medios que sea positivo.

"Así como hay páginas que hablan sobre el suicidio, también hay las que muestran noticias esperanzadoras y positivas, no en forma ingenua sino pensando efectivamente que las cosas pueden mejorar. Eso ayuda".

Además "ayuda tener algo que motive a hacer esfuerzos para buscar el bien de los demás". "Si uno se queda mirándose a sí mismo podría no encontrar motivación para las cosas y no ver más allá. Así es como hay gente que puede tener medios, dinero, fama, etc., pero igual llega a la depresión. Uno realmente puede buscar la felicidad buscando el bien de otros", afirmó.

Educar en la familia y el colegio: el factor del bullying

Márquez dijo a ACI Prensa que es esencial educar a los niños en la familia y en el colegio para hacer frente al problema del suicidio.

"Hablar del suicidio es importante para entender que es real y que la gente sí puede pensar en quitarse la vida. Por ello se tiene que educar a los chicos, a los niños y adolescentes, porque el bullying escolar, por ejemplo, sí es un factor de riesgo bastante grande", advirtió.

El experto dijo que el bullying "puede generar más suicidios. Entre 1999 y 2016, indican estudios recientes, los suicidios han aumentado y eso justamente sucede porque no se habla del tema".

Muchas veces "haber intentado suicidarse incrementa el riesgo de tratar de nuevo o consumarlo. Entonces la educación en los colegios y la familia debe generar hábitos de vida saludables y sobre todo permitir entender que no es una debilidad sentirse mal anímicamente o estar deprimido", señaló.

Márquez indicó que sentirse mal o deprimido "no significa que la persona esté disminuida. A veces hay el temor de reconocerse frágil y ocurre que la persona trata de manejar sola los problemas y ya no acude a un psicólogo o a un psiquiatra, algo que sí se debe hacer en una situación así".