BUDAPEST,
La ministra de Familia, Juventud y Asuntos Exteriores de Hungría, Katalin Novak, impartió hace unos días una conferencia en la Academia Juan Pablo II para la Vida y la Familia, en Roma, en la que explicó las políticas familiares de su país y mostró los datos de cómo estas están mejorando la situación de la familia.
Los datos muestran la evolución desde el 2010 al 2017, los años de Gobierno del actual primer ministro Viktor Orbán.
En 2017 hubo más nacimientos (91.600 frente a 90.335), más matrimonios (50.600 frente a 35.520) y un mayor porcentaje de empleo femenino (de 50,2% al 61,3%); y por otro lado, el número de abortos cayó (de 40.449 a 28.500), así como el número de divorcios (de 23.800 a 18.600).
Además, la media de fertilidad ha pasado en siete años de 1.23 hijos por mujer al 1.50, aunque lejos todavía de la tasa de reemplazo generacional que se encuentra en 2.1 hijos por mujer.
¿Cómo se logran estas cifras? Como la propia ministra manifestó: "Con una política estable, compleja, flexible y con objetivos claros, capaz de adaptarse y a las necesidades y condiciones cambiantes", "conscientes de que el desarrollo social de Hungría a medio y largo plazo y su sostenibilidad dependen de un cambio de tendencias demográficas".
Las medidas emprendidas por Hungría podrían ser un ejemplo para España, de manera que el suicidio demográfico en el que se encuentra sufriera una transformación. Para ello se puede tomar como materia comparativa las 50 medidas de política familiar que presentó el Foro de la Familia en 2017.