Durante el Te Deum por el 208º aniversario patrio de Argentina, el Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Mario Aurelio Poli, recordó que el primer deber del Estado es cuidar la integridad de sus ciudadanos y por ello alentó a defender la vida de todos los argentinos ya que "para Dios no hay excluidos".
Las palabras del Cardenal Poli se dan en medio del debate de la despenalización del aborto y fueron pronunciadas en la Catedral Metropolitana, hasta donde llegaron el presidente de Argentina, Mauricio Macri, junto a otras autoridades del Gobierno y representantes de diversos estamentos.
"En la Argentina bicentenaria no sobra nadie, todos son necesarios e importantes, por lo que ninguna persona debe ser excluida de la fiesta de la vida", expresó el Cardenal Poli.
"El primer deber del Estado es cuidar la vida de sus habitantes, especialmente de los débiles, los pequeños, los pobres y marginados, los enfermos y los ancianos abandonados, porque son los más pobres de los pobres. Cuidar la vida de punta a punta de la existencia es querer ser nación", aseguró.
El Cardenal Poli recordó que el Papa Francisco anima a defender al niño por nacer con una decisión "clara, firme y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida humana, siempre sagrada, y lo exige el amor a cada persona más allá de su desarrollo".
"Igualmente sagrada es la vida de los pobres que ya han nacido, que se debaten en la miseria, el abandono, la postergación, la trata de personas, la eutanasia encubierta en los enfermos y ancianos privados de atención, las nuevas formas de esclavitud y en toda forma de descarte", indicó el Cardenal Poli citando al Santo Padre.