VATICANO,
"No es pecado criticar aquí al Papa", aseguró el Santo Padre ante los obispos italianos durante el discurso de apertura de la Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI).
El Pontífice quiso hablar abiertamente ante los obispos y compartir con ellos sus tres principales preocupaciones sobre la Iglesia en Italia: la crisis de vocaciones, la pobreza evangélica y la reducción y fusión de diócesis.
"He pensado, después de agradecer todo el trabajo que hacéis, que es mucho, de compartir con vosotros tres de mis preocupaciones, pero no para que nos demos de bastonazos, sino para decir que me preocupan estas cosas…, vosotros veréis. Y darles la palabra, para que me dirijáis todas las palabras, vuestras ansias, críticas –no es pecado criticar aquí al Papa, ¿eh? No es pecado. Se puede hacer– e inspiraciones que llevéis en el corazón", fueron las palabras del Santo Padre.
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