VATICANO,
En un reciente encuentro con una delegación de la Diócesis de Roma, el Papa Francisco compartió una anécdota para advertir sobre la influencia de prácticas new age dentro de la Iglesia.
El encuentro se realizó en la Basílica de San Juan de Letrán el lunes 14 de mayo.
El Santo Padre recordó que "hace unos años en Buenos Aires hubo unos ejercicios espirituales que en la primera semana proponía técnicas psicológicas un poco orientalistas, extrañas. Iba gente por la novedad, pero no sacaban nada, porque solo iban por lo nuevo".
"La novedad -dijo el Papa- puede acabarse con un buen puño de realidad: el sacerdote que daba los ejercicios tenía una doctrina especial sobre la espiritualidad y el cosmos. Había una hermana, de unos 60 años (…) una española valiente" que lo puso en su lugar.
El Pontífice narró que "este sacerdote tenía un método orientalista para hacer los ejercicios. Siempre aconsejaba a las hermanas que en la mañana debían darse un baño de vida. Hizo sentar a la hermana con otras 20 en un círculo y les decía: relájate, estírate".
"La española escuchaba y digería; pero luego de la segunda meditación le dijo al sacerdote: 'Vine a hacer ejercicios espirituales y no gimnasia. Muchas gracias y adiós' Y se fue. A veces, se quiere gente que nos dé una cachetada, cuando estamos buscando la novedad: buscar la crema sin la torta".