VATICANO,
El Papa Francisco recordó a los Obispos que su misión es cuidar el rebaño, el pueblo de Dios, y no hacer carrera eclesiástica: "sois Obispos para el rebaño, para custodiar el rebaño, no para escalar en una carrera eclesiástica".
El Santo Padre hizo esta afirmación durante la homilía de la Misa celebrada en Casa Santa Marta este martes 15 de mayo. En este sentido, puso como ejemplo a San Pablo: "Su gran amor es Jesucristo. Su segundo amor, el rebaño".
El Pontífice reflexionó sobre la lectura de los Hechos de los Apóstoles en la que San Pablo se reúne con los ancianos de la Iglesia y los presbíteros en Éfeso para hacer examen de conciencia y despedirse de ellos. "Se trata de un fragmento muy fuerte, un fragmento que llega al corazón; pero también es un fragmento que nos hace ver el camino que todo Obispo debe seguir a la hora de despedirse".
Francisco señaló que el Obispos debe saber discernir "cuándo es el Espíritu de Dios el que habla y cuándo es el espíritu del mundo, y sabe defenderse cuando habla el espíritu del mundo".
Pablo sabe que camina "hacia la tribulación, hacia la cruz y esto nos hace pensar en la entrada de Jesús en Jerusalén. Él entraba para partir, y Pablo va hacia la pasión". El Apóstol "se ofrece al Señor, obediente, empujado por el Espíritu. Es el Obispo que va adelante siempre, pero siguiendo el Espíritu Santo. Ese es Pablo".
"El testamento de Pablo es un testimonio. Y también es un anuncio, e incluso un desafío: 'Yo ya he hecho el camino. Continuad vosotros'. Qué lejano queda este testamento de los testamentos mundanos: 'Esto se lo dejo a aquel, aquello a aquel otro…', tantos bienes. Pablo no tenía nada, sólo la gracia de Dios, la valentía apostólica, la revelación de Jesucristo y la salvación que el Señor le había dado".