ROMA,
El Gobierno de Vietnam está presionando a dos comunidades de religiosas en las ciudades de Hanoi y Saigón para expropiar sus conventos.
En Hanoi, capital del país, decenas de religiosas de las Hermanas de San Pablo protestaron el 9 de mayo en las calles y denunciaron la construcción ilegal de un complejo comercial en el terreno de su convento.
La construcción estuvo detenida gracias al reclamo del Arzobispo de Hanoi, Cardenal Peter Nguyễn Văn Nhơn, sin embargo, fue reiniciada el martes 8. Ese día una de las hermanas intentó parar a los obreros, pero la golpearon y la dejaron inconsciente.
Según informa la agencia Asia News, el inmueble de la comunidad de las Hermanas de San Pablo fue confiscado por el Gobierno comunista en 1954. Una parte fue devuelta cuando las religiosas abrieron un dispensario para los pobres, un hogar para huérfanos y un refugio para niñas.
Ahora, el Gobierno aprobó la demolición de todo el convento para construir allí un edificio de cinco pisos.
Desde 2011, la Arquidiócesis de Hanoi -la legítima propietaria del inmueble-, expresó su oposición a esta "violación de los derechos de los católicos".