NOMADELFIA,
En la mañana de este viernes 10 de mayo el Papa Francisco se desplazó hasta la localidad italiana de Nomadelfia, donde visitó a los miembros de la Comunidad del mismo nombre, fundada por el sacerdote don Zeno Saltini y por la laica Irene Bertoni durante la Segunda Guerra Mundial para ofrecer un hogar a niños abandonados. Allí destacó el mensaje profético de esta comunidad en favor de la familia.
Nada más aterrizar en el campo deportivo de Nomadelfia, donde le recibieron el Obispo de Grosseto, Mons. Rodolfo Cetolni; el Presidente de la Comunidad, Francesco Matterazzo; y del sucesor de don Zeno, don Ferdinando Neri, el Santo Padre se trasladó al cementerio de la comunidad, donde rezó brevemente junto a la tumba del P. Saltini.
Allí, siguiendo la tradición de los niños de la Comunidad de Nomadelfia, ahora seguida por todos los habitantes y peregrinos de la localidad, dejó una piedra con su nombre sobre la tumba de don Zeno. Esta tradición pretende simbolizar las piedras descartadas que se convertirán en piedras que construirán el Reino de los Cielos.
Posteriormente, el Pontífice se trasladó al centro de la Comunidad de Nomadelfia, conocido como el "Proyecto", donde se encontró con el núcleo familiar de la Comunidad.
Durante el encuentro con los miembros de Nomadelfia, durante el cual se sucedieron lecturas, testimonios, cantos y danzas, Francisco pronunció un discurso en el que destacó que "Nomadelfia es una realidad profética que se propone realizar una nueva civilización implementando el Evangelio como forma de vida buena y bella".
Señaló que "vuestro Fundador se dedicó con ardor apostólico a preparar el terreno a la semilla del Evangelio, con el fin de que pudiera llevar frutos de vida nueva".