ROMA,
El Penitenciario Mayor de la Iglesia, Cardenal Mauro Piacenza, afirmó que para los jóvenes que constituyen la "generación hija del divorcio" acercarse al sacramento de la confesión es un acto "radicalmente revolucionario" y "contracultural".
En el marco del congreso "La confesión de los jóvenes, fe y discernimiento espiritual" realizado hace unos días en Roma, el Cardenal dijo que "la generación hija del divorcio ha experimentado en su propia piel las dificultades, los dolores y las heridas de la disgregación familiar".
"No se resigna a la llamada 'familia extendida' (…) sino que exige, por el contrario, la familia fiel, en la cual la certeza de la estabilidad de las relaciones prevalezca, sobre todo para los adultos, por encima de los egoísmos personales y la tentación de hacer el mal para satisfacer los propios instintos o caprichos".
El Cardenal Piacenza explicó que aunque "ser cristiano hoy, para un joven, es algo profundamente anticonformista, casi al límite de ser considerado ingenuo y radicalmente contracorriente", es importante recordar que los jóvenes "son particularmente generosos para usar sus energías en lo que quiere su corazón, pero son menos fuertes en la capacidad de aplicar estas energías en la modificación de los propios comportamientos en el ámbito ético y moral".
En una sociedad que restringe las relaciones humanas, el joven católico está "llamado constantemente a expandir su horizonte y a escapar del condicionamiento que la cultura dominante obsesivamente le impone".
Por ello, resaltó, "un joven que llega a pedir a la Iglesia y a su sacerdote que celebre para él el sacramento de la Reconciliación, realiza un acto radicalmente revolucionario, contracultural".