MADRID,
Con motivo del 1 de mayo, Día del Trabajo y festividad de San José Obrero, el Cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid (España), aseguró que el trabajo es "un don de Dios que nos unge de su dignidad", porque "nos ha concedido la gracia de invitarnos a ser sus colaboradores en la obra de la creación haciendo que el mundo reencuentre su fin".
Sin embargo, advirtió que uno de los "problemas más graves de nuestra sociedad, que afecta de manera especial a nuestros jóvenes, tiene que ver con el trabajo".
El Cardenal aseguró que "debemos acercarnos a quienes se ven privados de un trabajo digno, como se acercó el Señor a los discípulos de Emaús, para encontrarnos con ellos en sus propios itinerarios".
Por ello animó a estar con quienes sufren "así en la noche oscura y terrible del desempleo prolongado, o a la intemperie cuando se padece trabajo precario que no asegura la integración social", y regalar a todos "el calor de la presencia del Señor Resucitado, nuestro más valioso tesoro".
El Arzobispo señaló que "el trabajo es un bien de la persona", "un elemento fundamental para la dignidad" que "nos humaniza, nos hace personas, sujetos protagonistas de la vida".
También es "una vocación a la trascendencia" y que "construye a la familia y la educación de los hijos".