MADRID,
Esta ha sido la primera Semana Santa que se ha podido celebrar en Irak y especialmente en los enclaves cristianos de la Llanura de Nínive, después de la derrota del Estado Islámico.
"Espero que la celebración de la Pascua de Resurrección ponga fin al sufrimiento de nuestro pueblo", aseguró el Patriarca Caldeo, Mons. Luis Sako, en su mensaje de Pascua.
Según reporta la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, los templos se han llenado de cristianos durante los días principales de la Semana Santa.
Se trata de algo especialmente significativo porque los cristianos habían sido expulsados de la Llanura de Nínive, un enclave en donde se encuentran las raíces históricas del cristianismo.
Para el Patriarca esta vuelta de los cristianos significa que "a pesar de la preocupante situación en la que vivimos en Irak, los cristianos mantienen viva nuestra memoria cristiana y nos dan una esperanza cierta".
Además aseguró que "Jesús es el centro de estos acontecimientos, su cuerpo fue destrozado y luego resucitado, esta es la fuerza que nos impulsa a una nueva vida. Incluso en las horas más oscuras, su resurrección como el sol se eleva sobre nosotros y sobre la humanidad".