La Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) expresó el 15 de marzo su dolor y consternación por los siete muertos y más de veinte heridos que dejó el allanamiento policial al Centro de Rehabilitación Santa Cruz- Palmasola de Bolivia.
La madrugada del 14 de marzo ingresaron unos dos mil policías al recinto para realizar un allanamiento con el fin de requisar droga y armas que estuviesen en manos de los presos. La resistencia de algunos internos provocó el enfrentamiento.
La intervención policial se produjo una semana después de un motín de los reclusos. Los presos realizaron las acciones violentas tras conocer que el gobierno prohibió la visita de niños menores de seis años a sus familiares.
La cárcel de Palmasola se ubica en la capital y tiene más de cinco mil personas, un 36% de los presos del país. Es conocida como "pueblo prisión", ya que existen celdas y viviendas improvisadas.
En este lugar viven personas condenadas por asesinatos, narcotráfico, violación y otras que esperan sentencia. Ellos viven con sus familias, incluso niños.
En conferencia de prensa, el Secretario General Adjunto de la CEB, P. José Fuentes, condenó el "uso desmedido de violencia y otros abusos, en presencia incluso de mujeres y niños a quienes estos hechos producen un trauma imborrable".