Jerusha Klayman-Kingery era una joven de 19 años cuando fue víctima de una violación. Sin embargo, a pesar del sufrimiento por el que pasaba se negó al aborto: "el violador es el culpable. El bebé es una criatura inocente".
En su testimonio, publicado en el sitio web provida Salvar El 1, Jerusha señaló que, a pesar de crecer en un hogar cristiano, enfrentó diversas dificultades en casa pues, lamenta, "faltaba el amor".
Ese vacío, recuerda, lo trató de llenar "buscando la atención y el afecto de los hombres, bebiendo y celebrando fiestas. Durante años, ésta fue mi fachada, pero por dentro estaba vacía".
Pero para sus 17 años, "tuve un encuentro con Jesucristo y entregué mi vida al Señor".
Jerusha Klayman-Kingery. Foto: Salvar El 1.