16 de diciembre de 2024 Donar
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Hace 20 años murió el Cardenal que llamaba “el santito” al hoy Papa Francisco

Cardenal Quarracino y Mons. Jorge Mario Bergoglio en su ordenación episcopal / Crédito: Cortesía del hermano jesuita Mario Rafael Rausch

El 28 de febrero de 1998 falleció el Cardenal Antonio Quarracino, que durante casi 8 años fue Arzobispo de Buenos Aires y Primado de Argentina, y que pidió que el P. Jorge Mario Bergoglio -al que llamaba "santito"-, fuera nombrado su Obispo Auxiliar.

Evangelina Himitián, autora de la biografía "Francisco, el Papa de la gente", relata que el Cardenal Quarracino quedó impresionado a finales de la década de 1980 cuando en Córdoba, participando de un retiro, conoció al entonces P. Jorge Mario Bergoglio.

"Conversaron y entablaron una relación. El Arzobispo se fue de Córdoba pensando que había encontrado a un talento", dijo a Himitián el P. Juan Carlos Caamaño, profesor de Teología de la Universidad Católica Argentina (UCA).

En 1990 el Arzobispo de Buenos Aires quiso que el P. Bergoglio, que se dedicaba en Córdoba a confesar después de servir durante varios años como Provincial de los jesuitas, fuera su Obispo Auxiliar.

Himitián cuenta en su libro que, dos años después, "en 1992 y cansado de que le filtraran a su candidato, Quarracino viajó a Roma y se entrevistó personalmente con el Papa Juan Pablo II. Le habló de Bergoglio y le pidió que lo nombrara obispo auxiliar".

Así, "el santito", como dice Himitián que Quarracino llamaba al P. Bergoglio, "salió de la esfera de obediencia a la Compañía de Jesús y se convirtió en obispo".

El P. Bergoglio supo que sería Obispo Auxiliar de Buenos Aires el 13 de mayo de 1992, día de la Virgen de Fátima. Fue consagrado el 27 de junio de ese año.

Cinco años después, en junio de 1997 y poco antes de que el Arzobispo llegara a la edad límite para ejercer el cargo (75 años), nuevamente Quarracino pidió a San Juan Pablo II que eligiera a Mons. Bergoglio como su sucesor.

Al ser Arzobispo Coadjutor, Mons. Bergoglio asumiría el cargo de manera inmediata tras la renuncia o el fallecimiento de Cardenal Quarracino, quien murió el 28 de febrero de 1998.

Hace unos años, el Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, homenajeó al Cardenal en el programa televisivo "Claves para un mundo mejor" que el Purpurado inició.

En esa oportunidad, el Arzobispo explicó que "hoy se teoriza mucho sobre el uso de estos prodigiosos instrumentos pero no es fácil ejercitarse en su manejo: acechan muchos riesgos y no cualquiera se atreve a dar la cara. ¡Pero Quarracino se atrevió! ¡Y lo hizo muy bien!"

"Lo hizo con un lenguaje directo, accesible, popular, desgranando las verdades de nuestra fe y sus consecuencias para la vida pastoral y social del país y del mundo", agregó.

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Mons Aguer indicó que "algunas veces, y no solo a causa de la agudeza de su estilo, produjo enfado y fastidio a ciertos manipuladores de la opinión, a quienes haciendo valer el poderío exorbitante del micrófono o la página impresa imponen la dictadura de cierta unanimidad ficticia de criterios".

Antonio Quarracino nació en Pollica de Salerno, sur de Italia, el 8 de agosto de 1923. Emigró a Argentina con su familia cuando tenía cuatro años. Fue ordenado sacerdote el 22 de diciembre de 1945 en Luján, cuando tenía 22 años de edad.

Antes de ser Arzobispo de Buenos Aires fue Obispo de Nueve de Julio, de Avellaneda, y Arzobispo de La Plata.

Presidió la Conferencia Episcopal Argentina en dos periodos. Fue Secretario General y Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

San Juan Pablo II lo creó Cardenal el 28 de julio de 1991.

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