VATICANO,
El siglo XX proporcionó a la Iglesia innumerables mártires que dieron su vida por la fe en el contexto de las grandes persecuciones religiosas emprendidas por los totalitarismos ateos fascistas y comunistas.
Uno de esos mártires fue el policía italiano Giovanni Palatucci, que salvó la vida a cinco mil judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Proclamado Siervo de Dios en el año 2002, se encuentra en la actualidad en proceso de beatificación.
Para recordar su obra, la iglesia de San Ignacio de Loyola en Roma celebró una elevación espiritual, un concierto cuyo fin es ayudar a la oración, en su honor.
Con obras de grandes maestros universales de la música como Schubert, Mendelssohn, Rossini o Verdi, y piezas de canto gregoriano, el Coro de la Academia Filarmónica Romana interpretó un amplio repertorio dividido en tres partes: la primera centrada en los salmos, la segunda en la Caridad y la tercera en la Virgen María.
En declaraciones a ACI Prensa, el Maestro Emérito de la Capilla Giulia, Mons. Pablo Colino, señaló que el valor de este concierto "es, eminentemente, espiritual, por encima de lo cultural, por encima de lo histórico, por encima de la propaganda. Es sobre todo valor espiritual porque es el testimonio de un mártir".
"No se trata de un concierto exhibición. Queríamos que el concierto llamara la atención y que despertara un interés de admiración y de imitación. Hay que admirar a un santo, y hay que imitarlo".