El 20 de agosto de 2011 quedó marcado en el corazón de más de 1 millón de jóvenes que acompañaron a Benedicto XVI en la vigilia de la JMJ de Madrid (España), en el aeródromo de Cuatro Vientos.
Soportando la fuerte lluvia y tras rechazar el consejo de sus colaboradores que lo instaron a retirarse hasta en tres ocasiones, Benedicto XVI se quedó en su lugar, protegido en algo por un paraguas, con una gran sonrisa en el rostro.
Después de unos minutos, agradeció a todos "por esa alegría y resistencia. Nuestra fuerza es mayor que la lluvia".
"Queridos jóvenes, hemos vivido una aventura juntos. Han resistido firmes en la lluvia". "Igual que esta noche, con Cristo podréis afrontar las pruebas de la vida, no lo olvidéis", resaltó al despedirse.
8.- El sombrero de mariachi que Benedicto XVI usó en México
El 25 de marzo de 2012 el Papa Benedicto XVI presidió una multitudinaria Misa a la que llegó ataviado con un sombrero mexicano.
Con una gran sonrisa, el Santo Padre pasó en el papamóvil saludando a los cientos de miles de fieles que llegaron para la Eucaristía en el Parque Bicentenario.
En su homilía, Benedicto XVI alentó a todos a pedirle a Cristo "un corazón puro, donde Él pueda habitar como príncipe de la paz, gracias al poder de Dios, que es el poder del bien, el poder del amor".
9.- El viaje a Cuba de Benedicto XVI
Entre las distintas actividades que presidió en su visita a la Isla, el 26 de marzo de 2012 Benedicto XVI celebró una Misa en Santiago de Cuba.
Ese día dijo: "Queridos hermanos, ante la mirada de la Virgen de la Caridad del Cobre, deseo hacer un llamado para que den nuevo vigor a su fe, para que vivan de Cristo y para Cristo, y con las armas de la paz, el perdón y la comprensión, luchen para construir una sociedad abierta y renovada, una sociedad mejor, más digna del hombre, que refleje más la bondad de Dios".
10.- Las palabras finales de Benedicto XVI como Sumo Pontífice
El 28 de febrero de 2013, 17 días después de haber anunciado su renuncia, Benedicto XVI se dirigió en helicóptero a la residencia pontificia de Castel Gandolfo.
Ante unas 10 mil personas presentes en el lugar, el Papa expresó: "Quisiera aún, con mi corazón, con mi amor, con mi oración, con mi reflexión, con todas mis fuerzas interiores, trabajar por el bien común de la Iglesia y de la humanidad".
"Sigamos adelante con el Señor por el bien de la Iglesia y del mundo. Gracias", concluyó.
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