LA PAZ,
Con un saludo de agradecimiento a los obispos, sacerdotes y laicos, el nuevo Nuncio Apostólico en Bolivia, Mons. Angelo Accatino, celebró su primera Misa pública en la Catedral Metropolitana Nuestra Señora de La Paz.
El nombramiento, por parte del Papa Francisco, fue hecho público el 12 de septiembre de 2017. Hasta esa fecha, Mons. Accatino se desempeñaba como consejero de la Nunciatura Apostólica en Turquía.
En la Eucaristía del 3 de febrero, Mons. Accatino reflexionó sobre el don y la consecuencia de ser un pueblo consagrado al Señor.
Explicó que "por la sangre de Cristo, todos somos consagrados en el bautismo. En este sentido todos los bautizados somos llamados a vivir la condición de consagrados según el estado de vida… cada bautizado tiene que dar testimonio de vida en Cristo".
"Sin embargo la Iglesia reconoce que la consagración, aunque no de forma exclusiva, toma su sentido más profundo en la vida religiosa, ya que el fin último es una donación de sí mismo para servirle de manera incondicional y distintiva, ósea entregarse por completo", agregó.
En ese sentido llamó a renunciar al mundo, que no significa "encerrarse en sí mismos, en la cáscara de nuestras certezas o elevar barreras sociales", sino purificarse para liberarse de todo lo que intoxica y ahoga las comunidades, como la corrupción, el egoísmo, la envidia y el odio.