ROMA,
Aunque la Santa Sede no lo ha confirmado todavía, la Congregación para las Causas de los Santos habría aprobado un milagro atribuido a la intercesión de Pablo VI y, por tanto, sólo faltaría el visto bueno del Papa Francisco.
El milagro que permitiría elevar a los altares al Papa sería la curación de una bebé en el vientre de su madre. La protagonista del milagro es Amanda, una niña que nació el 25 de diciembre de 2014 a pesar de un difícil embarazo y que apenas tenía posibilidades de vivir, según afirmaban los médicos.
Ahora, ha sido la propia madre de Amanda, Vanna Pironato, la que ha mostrado su alegría al conocer la noticia de la canonización y ha expresado su agradecimiento al Giornale di Brescia.
"Los primeros días fueron fundamentales para la supervivencia de mi pequeña", cuenta al diario bresciano. Además, destaca las "lágrimas de alegría" que le cayeron cuando su hija sanó y supo que no moriría. "Fue un momento inolvidable", confiesa.
"Ahora somos sencillamente una familia normal, una familia que ha recibido un don extraordinario. Tengo que admitir que a veces no nos damos cuenta de lo que ha sucedido", dice Amanda.