VATICANO,
El Papa Francisco advirtió a los que ostentan el poder económico y financiero que "la usura es un pecado grave" porque "mata la vida, pisotea la dignidad de las personas, es vehículo de corrupción e impide el bien común".
Por ello, invitó a las autoridades de los países a que tomen las medidas pertinentes para evitar estos comportamientos que, al igual que otras actitudes corruptas e inmorales en el ámbito de la economía, se encuentran detrás de las graves crisis económicas y financieras que atenazan el mundo.
"En la base de la crisis económica y financiera hay siempre una concepción de vida que pone en primer lugar el beneficio y no la persona. La dignidad humana, la ética, la solidaridad y el bien común deberían situarse siempre en el centro de las políticas económicas emprendidas por las instituciones públicas".
El Santo Padre hizo esta valoración en la audiencia que concedió este sábado 3 de febrero en el Palacio Apostólico del Vaticano a los miembros del Consejo Nacional Anti-usura, institución dedicada a luchar contra las prácticas usureras y sus nocivos efectos sobre las familias, sobre todo aquellas que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
La usura, explicó el Pontífice, "debilita también los fundamentos sociales y económicos de un país. De hecho, con tantos pobres, tantas familias endeudadas, tantas víctimas de graves delitos y tantas personas corruptas, ningún país puede programar una seria recuperación económica, ni tampoco proporcionar seguridad".
El Papa alabó la actividad del Consejo Nacional Anti-usura y destacó que "en los primeros veintiséis años de vuestro servicio habéis salvado de las garras de las deudas usureras y del riesgo de la usura a 25 mil familias; habéis salvado sus casas y sus pequeñas empresas, les habéis ayudado a recuperar la dignidad de la cual habían sido desposeídos. Esto merece un gran reconocimiento".