VATICANO,
Una vez más, el Papa Francisco volvió a condenar la violencia y el terrorismo en nombre de Dios y de la religión, y advirtió que se trata de una de las mayores blasfemias.
Así lo indicó en la audiencia que concedió en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano a los participantes en la Conferencia que, con el título de "Combatir la violencia cometida en nombre de la religión", se está celebrando en Roma con la presencia de responsables políticos y autoridades religiosas.
Precisamente, Francisco destacó como uno de los puntos fuertes de esta Conferencia la implicación de personas con responsabilidades concretas que pueden aportar posibles soluciones a la violencia cometida en nombre de la religión y proponer vías para prevenirla.
"Es muy significativo que los responsables políticos y los jefes religiosos se reúnan y discutan entre ellos cómo combatir la violencia cometida en nombre de la religión", valoró.
En su discurso, el Papa quiso repetir "aquello que ya he dicho en otras ocasiones, en particular durante mi viaje a Egipto: Dios, amante de la vida, no se cansa de amar al hombre y, por ello, le exhorta a combatir la violencia".
"Son las religiones las que, principalmente, están llamadas hoy a llevar a cabo este imperativo porque, mientras nos encontramos en la urgente necesidad del Absoluto, es imprescindible excluir cualquier absolutización que justifique cualquier forma de violencia".