Luego, recibió el homenaje de un grupo de bailes religiosos de La Tirana que danzaron una diablada norteña, y de la Fuerza Aérea de Chile.
En el lugar también se despidió de su amigo, el sacerdote jesuita Jorge Delpiano, de 75 años de edad, y de un grupo de representantes de voluntarios papales.
Asimismo lo despidieron autoridades de la Iglesia Católica en Chile y del gobierno, así como los miembros de la comisión organizadora de la visita apostólica.
Al concluir la Misa que presidió en Iquique, el Papa se despidió de los fieles chilenos y agradeció a todos su esfuerzo.
También dio gracias "a mis hermanos argentinos que me acompañaron en Santiago, en Temuco y acá en Iquique. Muchas gracias", manifestó.
"Ahora sigo mi peregrinación hacia Perú. Pueblo amigo y hermano de esta Patria Grande que estamos invitados a cuidar y a defender. Una Patria que encuentra su belleza en el rostro pluriforme de sus pueblos", resaltó.