SANTIAGO,
En su segundo día de visita en Chile, el Papa Francisco celebró una multitudinaria Misa en el Parque O'Higgins, en Santiago, donde alentó a los presentes a vivir las bienaventuranzas, que son el horizonte del cristiano y que nacen "del corazón misericordiosos que no se cansa de esperar".
La Eucaristía comenzó a las 10:30 a.m. y congregó unas 400 mil personas, según cifras oficiales. Estuvo marcada por la coronación de la imagen de la Virgen del Carmen, Patrona de Chile.
En su homilía, el Santo Padre destacó las actitudes con las que Jesús sale al encuentro del hombre, de las cuales la primera es "ver, es mirar el rostro de los suyos".
"No fueron ideas o conceptos los que movieron a Jesús… son los rostros, son personas; es la vida que clama a la Vida que el Padre nos quiere transmitir", destacó el Papa.
A partir de ese encuentro entre Jesús y el rostro del hombre nacen las bienaventuranzas "que son el horizonte hacia el cual somos invitados y desafiados a caminar".
Estas bienaventuranzas no nacen de una actitud pasiva, ni de espectador, ni de desventuras, ni de espejismos, sino de "del corazón compasivo de Jesús que se encuentra con el corazón de hombres y mujeres que quieren y anhelan una vida bendecida".