SANTIAGO,
Unas 620 mujeres del Centro Penitenciario Femenino (CPF) de San Joaquín, en Santiago de Chile, trabajan a toda prisa para la visita del Papa Francisco el próximo 16 de enero, con la certeza de que el paso del Pontífice dejará una profunda huella en sus vidas.
Desde que se confirmó la visita del Santo Padre, estas mujeres condenadas por tráfico de drogas, homicidio, robo, entre otros delitos, han puesto el corazón en la preparación del encuentro que durará unos 40 minutos.
"La gente aquí sufre, hay mucho dolor y que él venga y se acuerde de nosotros es que Dios se acordó de nosotros. Yo creo que esa es providencia de Dios, nada más", dijo a ACI Prensa Nelly Domíguez, condenada a 15 años por tráfico de drogas.
"Para mí esta visita es un antes y un después", afirmó. "No solo en mi vida sino en todas las vidas de las personas de aquí. Para Chile, pienso que se vienen cosas buenas", añadió la mujer, que calificó la visita del Papa como "una bendición de Dios muy grande". "Estoy en un proceso de cambio, estoy trabajando mi vida espiritual, pretendo cambiar", aseguró Nelly.
Ella junto a las internas del penal están armando unas siete mil palomas y cinco mil flores de papel para las guirnaldas que adornarán el gimnasio donde será el esperado encuentro.
Los pasillos y sectores por donde transite el Santo Padre también tendrán carteles con sus frases emblemáticas.