MADRID,
El presidente de la Conferencia Episcopal (CEE) y Arzobispo de Valladolid, el Cardenal Ricardo Blázquez, clausuró el pasado lunes 8 de enero, el Año Jubilar de Caravaca de la Cruz en una Misa presidida en la Basílica Menor-Santuario de la Vera Cruz.
"Para gloria y exaltación de Nuestro Señor Jesucristo; para testimonio del amor misericordioso de Dios a la humanidad; para aumento de la fe y de la vida cristiana en el pueblo fiel; declaramos clausurado y damos gracias a Dios por la celebración del tercer Año Jubilar Perpetuo en la Basílica-Santuario de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca", aseguró el Purpurado.
También precisó que "el Lignum Crucis [leño de la Cruz] es, para todos los caravaqueños y para toda la Diócesis, el signo más excelente del amor misericordioso de Dios, que nos ha convocado a una verdadera tarea evangelizadora".
Durante la homilía, el Cardenal Blázquez destacó que este Año Jubilar ha sido "un aldabonazo a la conciencia cristiana".
La Cruz de Caravaca también es conocida como la Vera Cruz, una astilla del madero en el que murió Jesús, es una de las reliquias que se veneran en el mundo con más devoción.
Además el Cardenal explicó que la muerte en la cruz, que en esa época era "el suplicio más infame y cruel", más tarde se convirtió en "una cruz gloriosa" ante la que se postran los fieles. Un símbolo, aseguró el Purpurado, "por el que se entregó a nosotros voluntariamente aceptando el suplicio de la cruz".