VATICANO,
Durante la Misa de la Solemnidad de Santa María Madre de Dios, celebrada este lunes 1 de enero en la Basílica de San Pedro del Vaticano, el Papa Francisco explicó cuál es el secreto de la Madre de Dios: "custodiar en el silencio y llevar a Dios".
En su homilía, el Santo Padre puso de relieve la importancia del silencio en la narración evangélica de la Navidad. Recordó que el Evangelio de San Lucas afirma que María "custodiaba todas estas cosas, meditándolas en el corazón".
"¿Cuáles eran estas cosas? Eran gozos y dolores: por una parte, el nacimiento de Jesús, el amor de José, la visita de los pastores, aquella noche luminosa. Pero, por otra parte: el futuro incierto, la falta de un hogar, 'porque para ellos no había sitio en la posada', la desolación del rechazo, la desilusión de ver nacer a Jesús en un establo. Esperanzas y angustias, luz y tiniebla: todas estas cosas poblaban el corazón de María".
La actitud de María fue de oración, de meditación. "Las meditaba, es decir las repasaba con Dios en su corazón".
Por eso, el silencio es uno de los rasgos característicos de la narración de la Navidad: "María no habla: el Evangelio no nos menciona ni tan siquiera una sola palabra suya en todo el relato de la Navidad. También en esto la Madre está unida al Hijo: Jesús es infante, es decir 'sin palabra'".
"El Dios ante el cual se guarda silencio es un niño que no habla. Su majestad es sin palabras, su misterio de amor se revela en la pequeñez. Esta pequeñez silenciosa es el lenguaje de su realeza. La Madre se asocia al Hijo y custodia en el silencio".