MADRID,
En su habitual carta semanal, el Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, alentó a agradecer a Dios haber nacido y crecido en una familia; y exhortó a defender y promover esta institución querida por el Creador que es esencial para la vida de todo ser humano.
En su carta titulada "El deseo de familia está vivo", el Prelado reconoce que "hay crisis, ciertamente, en este y en tantos campos en este cambio de época. Pero el amor humano es precioso y el Evangelio tiene una buena noticia para ese amor humano que se vive en familia. ¿Cuál es esa buena noticia?"
"En primer lugar, que Dios vive en familia, Dios es familia. Son tres personas –Padre, Hijo y Espíritu Santo– que se llevan maravillosamente, todo lo tienen en común. El Dios que nos ha revelado Jesucristo no es un Dios solitario y aburrido, lejano, inaccesible. No. Es un Dios amor, familia, comunión, cercanía, que ha abierto su círculo más íntimo para hacernos partícipes de esa felicidad a todos los humanos".
Mons. Fernández recuerda que "todos –sea cual sea nuestra situación, nuestra condición– tenemos un lugar en el corazón de Dios. Nadie se sienta excluido porque Dios lo ha traído a la existencia para hacerle experimentar ese amor eterno e infinito de Dios, para hacerle feliz".
El Obispo alerta luego que "cuando la ideología de género afirma que no hay diferencia entre el varón y la mujer y que cada uno puede elegir para sí lo que quiera en este orden de cosas, está ignorando esta realidad honda de la persona humana, que tiene arraigo bilógico, existencial e incluso religioso".
"Ninguna persona debe ser discriminada por su orientación. Todos tenemos un lugar en el corazón de Dios y de Dios nos sentimos amados, sean cuales sean las condiciones de nuestra vida. Pero ese Dios que nos ama ha trazado un plan para de felicidad del hombre, y nosotros los humanos no podemos enmendar la plana a Dios".