MADRID,
En su felicitación de Navidad, el Arzobispo de Granada (España), Mons. Javier Martínez, recuerda que esta fiesta no es solo cuestión de turrones o regalos, sino que tiene sus raíces en que "el Amor infinito abraza nuestra humanidad" y "no se cansa de perdonarnos".
En su mensaje dirigido a cristianos y no cristianos, el Prelado recuerda que en los últimos meses "hemos visto ponerse de muchas maneras en peligro nuestra propia humanidad. La convivencia se ha hecho más difícil. La vida que vivimos hace que tengamos tensiones enormes en el ámbito del trabajo, en el ámbito de la familia".
El Arzobispo de Granada subraya que precisamente por eso, "tal vez nunca como hoy es necesario recordar que la Navidad no es una cuestión de turrones, de champán, de celebraciones en las que al final siempre nos falta alguien, porque ha muerto, porque está en el hospital, porque ha habido una desgracia en la familia, porque ha habido una ruptura o una separación".
Por eso insiste en la importancia de "afirmar que el Misterio infinito, que el Amor infinito abraza nuestra humanidad tal como es, conociendo cómo somos y sabiendo lo que damos de sí".
Ese amor infinito que no se cansa de abrazarnos y que "una y otra vez se nos ofrece y se nos da como posibilidad de una vida verdadera; como posibilidad de una humanidad buena", es precisamente el verdadero sentido de la Navidad.
De esta manera, Mons. Martínez también destaca la importancia de mirar siempre al otro "como un bien, a pesar de sus límites".